4 de Julio de 2014

Hoy, con su anillo todavía puesto, supuestamente, he visto en medio del frío el calor del amanecer con su sonrisa casi siempre más poderosa que su voluntad.  Yo me llevo la mía a casa, escondida por si alguien quiere quitármela.

“Aquí no tienes nada que hacer”.

Ya veré, no pensé.

Me superé.

Nuevo yo.

Tuyo, mío

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