ANTIGUO REGIMEN II
Es siempre lo mismo.
Los ciudadanos, a veces bufones, a veces guerreros; simplemente humanos. No pueden disfrutar tranquilos del mínimo resquicio de libertad. Porque no la hay, porque no la tienen.
Caminan inseguros porque la seguridad es derrota. La dictadura del emperador, ilógica, sin principios, no da cabida a la tranquilidad de ser feliz. De disfrutar de la felicidad, que, a diferencia de su comprensión, sí existe después de todo.
Ser rebelde implica, esconderse; asentir y acatar ante una guerra en contra en contra de los que ni si quiera tienen opción de luchar.
Pero algún día, no habrá otro remedio que crear su propia independencia, con principios distintos: principios. Con sentido y éxito. Y aquel viejo dictador, emperador, no tendrá otro remedio que sonreír orgulloso e inconforme a unos hechos y a otros.
De momento, la única opción de la resistencia, es el exilio.
Es siempre lo mismo.
Los ciudadanos, a veces bufones, a veces guerreros; simplemente humanos. No pueden disfrutar tranquilos del mínimo resquicio de libertad. Porque no la hay, porque no la tienen.
Caminan inseguros porque la seguridad es derrota. La dictadura del emperador, ilógica, sin principios, no da cabida a la tranquilidad de ser feliz. De disfrutar de la felicidad, que, a diferencia de su comprensión, sí existe después de todo.
Ser rebelde implica, esconderse; asentir y acatar ante una guerra en contra en contra de los que ni si quiera tienen opción de luchar.
Pero algún día, no habrá otro remedio que crear su propia independencia, con principios distintos: principios. Con sentido y éxito. Y aquel viejo dictador, emperador, no tendrá otro remedio que sonreír orgulloso e inconforme a unos hechos y a otros.
De momento, la única opción de la resistencia, es el exilio.
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