29 de Mayo de 2014

 Lo que jamás pasó.


Puede no haber algo más bello que el cariño. El cariño es belleza.

De hecho, algo bastante superior.

Esta vez, el cariño incluso se impuso a muchas otras cosas, alentado por el valor que genera cierta estupidez. Un pequeño paréntesis en las vidas de cada uno. Un bonito recuerdo de algo que nunca llegó a existir. Todo lo que cabe en un paréntesis donde cada palabra escrita se convierte en un tabú.

Que el recuerdo no puede morir, que no quiere morir y que me niego a querer lo contrario.

Qué vueltas dan los recuerdos.

Enamorarse por un día es amor real. Que al día siguiente ya no exista, irónicamente, lo hace más real. Y espero que en otra ocasión, quizá, ella vuelva a poner su anillo sobre una mesa para recogerlo después, y que me pueda volver a enamorar sólo por un día, sólo por un día. Y que ese día vuelva a no haber existido nunca al día siguiente.

La felicidad se compone sólo de instantes, y me niego a olvidarme de ninguno de ellos, son breves y escasos.

Corre, escribe algo sin sentido antes de que el recuerdo huya de verdad y la verdad ya no exista y ya no sea el secreto de ninguno.

Tan amante de la emoción como yo. Yo, tan amante.

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