Es lo que tiene lo animal del ser humano, que tanto odio,
tanto como lo más humano.
Que aunque me encanta revivir, no me cuesta hacerme capaz de seguir
coleccionando amaneceres por mi cuenta si no estás.
O acompañado.
Para cuando faltes, supongo.
Pero ya sin echarte del todo en falta, si en algún momento me creaste
necesidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario