Y allá voy. ¿A dónde? ¿Volviendo de dónde?
¿De qué?
De todas maneras el que vuelve no es para todos el mismo que fue, o el que
estuvo. Quizá no supo serlo.
En su línea, supongo.
Es irónico el filtro de mis ojos, y que sean los suyos los que no lo ven todo
claro. Me quejo, a sabiendas de que no soy nítido de ver.
Y una vez más vuelve a ser el pasado. Son mis propias huellas las que voy
pisando, pero esta vez más fuerte. Y aun así camino inseguro sobre esa
seguridad.
Si encuentro una rosa sin complejos, son todos míos.
En realidad no sé qué queda de mí. No sé qué ha sido de mí.
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