1 de marzo de 2016

I


Calor en todas direcciones:
mi mano
anidando tus mejillas;
tus dedos
derrumbando mis nervios;
tu respiración,
desfasada con mi paz,
por mucho que te empeñes.

Es lo de siempre,
soy lo de siempre,
sólo sé suspirar
sin metáforas,
y al final
disipar el calor
en todas direcciones.

II

Tengo frío,
y tú, prisa por no dormir,
tanta, que se te ha olvidado
recoger todas las excusas
para volver mañana.

Prefieres dormir sola
que mal acompañada.
Y yo prefiero que no vuelvas,
a que me dejes
 tan mal desacompañado.

III

Encantada de desconocerme, supongo.
Soy el de siempre.

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