Por aquel dardo que apenas se alejó
o por ese rey que se puso en jaque
por error de nadie.
Felicito a ese yo, de otra dimensión,
que toca la música que disfruta,
que disfruta la música que toca.
Ese otro
que no sin miedo a querer
te ama como un valiente.
Los días como hoy
odio esa música
y me odio a mí.
Y sin embargo la escucho,
y sueño con tocarla.
Y en vez de aprender
lloro antes de dormir.
Otros días
disfruto la lluvia
jodiéndome el peinado,
dejando que se pierda mi mirada,
calando mis pensamientos
y durmiendo sin pensar de más.
Otros días
además de mi mirada
también pierdo mi tiempo:
contando el que ha pasado,
y a mí lo que me gustaría es perder mi tiempo
con el tuyo.
No sé explicar lo que es el amor
sin decir tu nombre,
así que tampoco sé cómo los que no te conocen
sabrán alguna vez qué es el amor.
Quizá no sepa lo que es el amor.
Quizá los que no te conozcan
nunca sabrán lo que es el amor.
Mañana seré feliz
hasta que me demuestren lo contrario.
He decidido que soy feliz
hasta que me demuestren lo contrario.
Y no voy a dejar que este yo
haga de ti
lo contrario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario