6 de marzo de 2015

Él, que siempre le ofreció al amor todo lo que tenía, y que la suerte no era una de ellas fue esta vez víctima de los desquicios de ella, que siempre le ofreció al amor todo lo que no tenía y la felicidad sí era una de ellas.

Ninguno aprendió nada sobre amor,
ninguno aprendió nada sobre suerte
ninguno aprendió de felicidad.

Gracias a la suerte se quisieron, y por quererse fueron felices. 
Pero es que ella no sabía ser querida y él sólo sabía querer.

Se querían tanto que habrían hecho potar a cualquiera.
Pero no supieron quererse y se acabaron potando.

Se habrían querido tanto...
Pero no supieron quererse
Y sin querer, dejaron de quererse.

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