Ficciones

Está escondida
entre muchas letras
nuestra historia.
Ya estaba escrita.

Sólo tenemos el algoritmo
para descifrar lo que ya sabemos
o podemos imaginar...
Pintar garabatos
con nuestras caras
que podrían parecerse a una foto
que algún día fue tomada,
y que está escondida
entre otro monton de fotos
que quizá tomamos,
probablemente no.

En nuestros bolsillos
no caben todas las fotos,
y sólo podemos mirar
el montón de fotos
que escogimos llevar en la cartera.

Para las demás fotos,
las escondidas
—historias perdidas
entre letras sin sentido—,
solo tenemos un lienzo en blanco
y un pincel con pintura transparente
con el poder de dibujar una historia
casi idéntica a una foto real,
—y para siempre, como tal—
y después guardarla bajo una llave
que solo tenemos nosotros.
Para que nadie más la pueda mirar
—como un recuerdo,
inventado:
no existió—.

No hay comentarios:

Publicar un comentario