Noviembres del SXXI

El peor enemigo de mí.


Hemos chocado
contra el muro de cristal
que nos separa.
Entre mareos y sutiles evidencias
que no termino de aceptar,
que me llaman y asustan.
Siendo sólo animales caprichosos
que actúan sin voz.


Sacados de contexto nos está pesando
la magia
al respirar.

No conoces el grosor de las páginas
del poemario que no te importa
                                               (o prefieres ignorar).
Pero voy a tacharlo todo y resumir
que el peor castigo y mejor remedio
es entender nuestros instintos.


Te busco porque si no estás
no puedo evitarte:
para convencerme de que los golpes
que da el yo que encierro
son inútiles, pero los oigo.
Como si la palabra “voluntad”
no existiera en ningún idioma,
como si le hiciera falta todavía
ponerle un nombre
al choque entre impulso y razón.



Ausencia es estar y no estar,
y al fin al cabo, acordarme de ti
es destruir tu olvido
para recordarme que no estás,
ni estarás.

Octubres del SXXI

El amor obsoleto cicatriza en callejones


Todo duele al pasear sobre cicatrices:
los callejones y los parques.  
       
Se ha llevado el horizonte
el contorno de  edificios que escalamos,
sin situar el punto de fuga
ni para situaciones de emergencia.    
       
Nos saludamos con una sonrisa,
cada uno en el otro andén
de la misma parada de metro,
esperando trenes en direcciones contrarias.

Y se cruzarán nuestros trenes,
quizá miradas, como siempre,
pero nunca más nuestros cables.

De nuestras noches —y distancia— en la misma habitación, exactamente.




hacerme la pregunta
que me sé incapaz de responder,
y sin embargo entender o imaginar la tuya
de renuente o imposible respuesta también

que si quisiera alzar explicación
no hallaría palabras para que preguntemos,
respondamos,
o entendamos

haber estudiado tu manera de quererme
sin buscar justicia,
haber asumido tu manera de odiarme
y entender tus sonrisas,
descifrar tus miradas,
transcribir tus gestos,
y sentir cómo no hablan el mismo idioma:
sentir que, aunque creo entender
tu sonrisa, tus gestos, y tu mirada,
no hablan mi idioma,
o no hablan el tuyo

saber que la justicia
no va a hacer el trabajo que no le toca
partiendo de su ausencia—,
y así, no por orgullo,
y sí contrariamente a la justicia,
necesitar la vida que entrego
o que dispongo a ofrecer
para no volar sobre un aire de infancia
preciosa,  individual, y onírica .



sólo pido dirigirte a mí
con el derecho a darte por aludida que te otorgas:
sin que yo aluda,
y sin que otorgue el derecho

05 de mayo de 2016



(m)e(s)cenas

He subrayado
junto con mis líneas
tu nombre
en fosforito.                                     (yo mismo lo escribí)

Te me apareces
en cualquier objeto de belleza
y te hago aparecer
para ahuyentar lo que contrista.

Estime els teus ulls
on sempre veig lluentor
encara que estiga fosc.

Ya he estado harto de todo
y he sido yo el despreciable,
concibiendo el remordimiento de conciencia
que descubre que no quiero tener a nadie
excepto a ti, sólo a ti,
mujer magnífica.

05 de mayo de 2016

Luciérnaga muerta.


Luciérnaga ciega,
perdida en el abismo,
no dejes de iluminar
a los que con tu luz
encuentran el mundo.

Luciérnaga ciega,
abre los ojos
que no sabes que tienes,
deja tu luz encendida
para no chocarte al volar

Luciérnaga ciega te diría...
...si no nos hubieras perdido ya
en tu propia oscuridad.

5 de mayo de 2016

presa presencia


que a mí me subyuga
lo que en ti se ausenta
que de lo que yo soy preso por mérito
tú eres víctima y mi verdugo

esta prisión no es lo peor
mientras me sigas apuntando con tu sonrisa
a través de las rejas que trituran el sol
pero sácame de la celda aislada
o entra conmigo a ver cómo huye cada noche

dime al menos
que no has colocado tu foto
detrás de la ventana
dime al menos
que el soslayo de mi pena de muerte
y la muerte de mi pena
no me han vuelto loco
por dormir en la celda
abrigado con tus ojos

dime que eres tú
que estás ahí
que no me arropo de locura
que ahora que ya has sido víctima
y yo convicto
quieres abogar por el derecho
a abrazarnos sin barrotes