No sólo no tengo lo que clamo
sino que reniego lo que amo
y soy yo cuando no debo.
Soy yo cuando mato:
el yo que me mata;
matando al final no soy.
Y no siendo y no matando
camino pensando
en lo que no ha pasado,
en lo que no hemos pasado:
pasando de nosotros
pasan las noches.
Por pasar pasa hasta el tiempo para mí
y yo paso de ti
y paso del tiempo
y paso a paso me olvido
de lo que no ha pasado
y de lo que pasó.
Anhelando lo que pueda pasar
te dejo pasar pisándome.
No por eso pauso en mi cabeza
el pensamiento sobre ti,
y el peso de tu paso
sigue sin ser solo pasado.
"Cuando ustedes crean que saben algo, deben mirarlo de un modo distinto, aunque pueda parecer tonto o equivocado. Deben intentarlo. Cuando lean, no consideren solo lo que piensa el autor. Consideren lo que piensan ustedes. Muchachos, deben luchar por encontrar su propia voz. Y, cuanto más tarden en empezar, tienen menos probabilidades de encontrarla".
6 de marzo de 2015
Él, que siempre le ofreció al amor todo lo que tenía, —y que la suerte no era una de ellas— fue esta vez víctima de los desquicios de ella, que siempre le ofreció al amor todo lo que no tenía —y la felicidad sí era una de ellas—.
Ninguno aprendió nada sobre amor,
ninguno aprendió nada sobre suerte
ninguno aprendió de felicidad.
ninguno aprendió de felicidad.
Gracias a la suerte se quisieron, y por quererse fueron felices.
Pero es que ella no sabía ser querida y él sólo sabía querer.
Se querían tanto que habrían hecho potar a cualquiera.
Pero no supieron quererse y se acabaron potando.
Pero no supieron quererse y se acabaron potando.
Se habrían querido tanto...
Pero no supieron quererse
Y sin querer, dejaron de quererse.
Pero no supieron quererse
Y sin querer, dejaron de quererse.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)